
La Hermandad del Rocío de Huelva, una vez constituida en 1880, acudió por primera vez a la romería corporativamente al siguiente año. El diario La Provincia informó el sábado 4 de junio de la salida de la Hermandad hacía el Rocío. Indicaba la crónica que “hubo algaraza en la noche del jueves en el barrio sudeste, principalmente en la calle Berdigón, con motivo de la salida de la Hermandad del Rocío. Había arcos de follaje con banderas, había bailes y otros excesos”. La caravana partió a las 00,00h “formando una larga comitiva y adornada según la costumbre”.
El miércoles 8 de junio el citado periódico incluye una curiosa crónica sobre la romería que acababa de celebrarse. Comienza explicando que el santuario se encuentra en el término de Almonte, no lejos del “coto de Doña Ana y en sitio despoblado. No hay caminos que conduzcan a él. La iglesia es pequeña y no cabe dentro de ella ni la centésima parte de los romeros que allí acuden”.
Respecto a las hermandades explica la noticia que “van hermandades de muchos pueblos de las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, procurando rivalizar en lujo y magnificencia. Conforme llegan las hermandades, acampan a cierta distancia del santuario y separadas”.
Seguidamente, describe el acto de la presentación de las hermandades. “Reunidas todas, hacen su entrada por orden de antigüedad, pasando por delante del santuario, formando una procesión inmensa, un desfile de miles de caballos y cientos de carretas que dura horas y horas; cada hermandad va precedida de uno o varios estandartes e insignias; algunas carretas van tiradas por bueyes que lucen frontales altos y lujosísimos bordados de plata y oro. Cada carreta para un momento al pasar por delante de la puerta del santuario, y los bueyes, amaestrados al efecto, doblan las rodillas. La Hermandad de Sevilla (Triana) lleva a la cabeza una carroza de plata. Otra tiene figurando un buque arbolado y empavesado; es grande y va arrastrada por seis poderosas mulas”.
Por último, describe el ambiente que se respira en la aldea durante la romería. “Después del pintoresco desfile, acampan las Hermandades alrededor de la iglesia. No hay casas para albergar a las miles de almas que allí acuden; es preciso vivir al aire libre; las mujeres duermen dentro de los carros, los hombres en cualquier parte; millares de guitarras dan al viento sus notas y millares de gargantas cantan aires andaluces; al pie de cada carreta hay un baile. Reina la expansiva alegría y la franqueza característica del pueblo andaluz. Si uno llega a un coro, no es preciso que sea conocido para que se le convide y agasaje; lo de cada uno es de todos; y en medio de tal algazara y de tan ruidosa alegría, jamás hay disgusto serio; nunca se promueven riñas que den ocasión a desgracias”
Ese mismo día, el periódico incluye la crónica de la llegada a la ciudad de la Hermandad de Huelva. Dice que regresó ayer (martes) a las 19,00h. Explica la noticia que hizo “su entrada triunfal por la carretera de san Cristóbal y calles Berdigón, Señas, Palacio, Concepción” y templo. Las calles citadas estaban “literalmente cubiertas de gente”. La entrada “se verificó” entre los ecos de la música, el sonido de las campanas, el estampido de los cohetes y las ruedecillas de fuego. La comitiva estaba conformada por romeros, la caballería, el Simpecado, al que describe como “una pieza de seda blanca profusamente bordada en oro con la imagen de la Virgen en el centro, que era estreno de ese año, al igual que la carreta que lo portaba”. Tras el Simpecado, “54 carretas vestidas de blanco y engalanadas con cintas, lazos y pabellones de gasas”. Para concluir, señala la crónica que la Hermandad de Huelva es la última que se ha organizado y es una de las más modestas que acuden al santuario del Rocío.
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