El Boletín charla hoy con el profesor Andrés Luque Teruel, dentro de la serie de entrevistas programadas con motivo del 90 aniversario del fallecimiento de Ojeda. El profesor Luque probablemente sea el mayor especialista en Ojeda. Ha estudiado su figura y obra en dos volúmenes centrados en los bordados para la Hermandad de la Macarena y hace unos meses ha publicado ‘Juan Manuel Rodríguez Ojeda. El diseño como fundamento artístico’. Dos obras de referencia para aproximarse con criterio a la figura del genial cofrade y diseñador sevillano.

Pregunta: Cómo definiría a una figura tan desbordante como Rodríguez Ojeda.
Respuesta: Se trata de una figura fundamental en la evolución del bordado contemporáneo para cofradías en Andalucía Occidental. Este período se inicia a mediados del siglo XIX con Manuel María Ariza y concluye en torno a 1940. En este tiempo pueden diferenciarse distintas etapas y en todas resultó fundamental Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Desde los comienzos en el taller de las Antúnez hasta su fallecimiento. A finales del siglo XIX, Manuel Beltrán y Ojeda pueden considerarse el último eslabón del bordado posromántico. Ellos alivian el peso de las hojas, regularizan los diseños y establecen ejes de simetría. Con estas aportaciones, sientan las bases para la incorporación del regionalismo desde comienzos del siglo XX. En esta evolución, es obligado citar a Pedro Domínguez, con su historicismo previo al regionalismo. Las aportaciones de Pedro Domínguez cuajaron gracias a las innovaciones previas de Beltrán y Ojeda. En otro momento anterior, por ejemplo, en tiempos de Patrocinio López, los candelieri y ejes de Pedro Domínguez no habrían cuajado. Ojeda supo evolucionar a partir de las aportaciones de Pedro Domínguez. Con Beltrán no ocurrió lo mismo.
Ojeda es un creador personalísimo dentro del regionalismo. Innova con los palios azul de la Amargura y rojo de la Macarena, introduce la malla, enfatiza los roleos barrocos, juega con la línea curva, con el contraste entre lo vacío y lo lleno…
Pregunta: ¿Qué parte de responsabilidad en el éxito de Juan Manuel corresponde a su hermana Josefa, la tía Pepa?
Respuesta: La tía Pepa dominó el bordado con maestría. Juan Manuel nunca bordó. La confección era responsabilidad de su hermana Josefa, que fue primera oficiala con las Antúnez. En los talleres del XIX la mano de obra estaba muy cualificada. Esta sólida formación favoreció la acertada interpretación de los diseños de Juan Manuel y la obtención del máximo partido de proyectos muy diferentes, en función del presupuesto del que se dispusiese. Josefa supo adaptarse a la perfección a las circunstancias y obtener resultados brillantes con independencia del coste.
Luego, supo acompañar a Juan Manuel es sus proyectos. Pero la tía Pepa siempre tuvo peso en las decisiones del taller. Hay un dato que demuestra su papel. Cuando Juan Manuel adquiere la casa de la calle Duque Cornejo para instalar el taller, la habitación principal fue para Josefa. Otro dato a tener en cuenta es que, Josefa fue la encargada de finalizar ciertos encargos que estaban en ejecución a la muerte de Juan Manuel.
Pregunta: La ambición económica o la vocación empresarial fue importante en el éxito de Ojeda. Usted ha explicado que, en ocasiones, fue criticado por ciertas prácticas, como la utilización de las imágenes para exponer sus obras.
Respuesta: Fue decisiva en su crecimiento. Para Juan Manuel, arte y negocio eran el mismo problema. Por esta razón, fue criticado desde ciertos sectores por utilizar algunas imágenes para publicitar sus creaciones a través de la fotografía. Pero para entender esta práctica hay que situarse en el contexto adecuado. La Hermandad de la Macarena, en la época, tenía 30 o 40 hermanos. No más. Los devotos del barrio se sentían macarenos y nunca tuvieron la necesidad de ingresar en la hermandad. Era, por tanto, una Hermandad con escasos recursos. Esto no supuso una dificultad para que Juan Manuel ofreciera a la Macarena prendas y piezas suntuosas. Ante la escasez, Juan Manuel recurrió al ingenio para organizar festivales taurinos benéficos o inventar las participaciones de lotería. Llama la atención que, siendo una Hermandad de escasos recursos, la Macarena tenga tantas fotografías de la época, que eran caras. Esto sucede gracias a Juan Manuel, que utiliza las fotografías como herramienta publicitaria. Nadie antes había hecho lo que comenzó a hacer Juan Manuel. Hay que recordar que el manto de malla se expuso en un comercio antes de su estreno o que Juan Manuel comenzó a vender prendas bordadas de segunda mano para ayudar a las cofradías a renovar su patrimonio. Hoy día, la venta de segunda mano, es normal. En aquella época, en cambio, era habitual en el ámbito doméstico, pero no en el de las cofradías.
Junto a esto hay que añadir que Juan Manuel fue un gran benefactor de la parroquia de santa Ana de Triana o de san Gil. Es decir, supo devolver al pueblo lo mucho que el pueblo le dio.
Pregunta: La estética de la Semana Santa cambió de manera notable en vida de Juan Manuel ¿Qué aportó Ojeda a los diseños?
Respuesta: Los diseños son importantes desde mediados del siglo XIX, gracias al talento de Antonio del Canto, Edmigio Serrano, Guillermo Muñiz, Manuel Beltrán…el diseñador era una pieza fundamental para un taller. Hay que tener en cuenta que un diseñador no es un dibujante. Un diseñador elabora diseños, es decir, patrones que se pueden reproducir de manera sistemática. Los diseñadores, por tanto, trabajaban con los talleres y tenían una formación específica en técnicas, conocimiento de los tejidos…asesoraban a las bordadoras a partir de esos conocimientos.
Juan Manuel fue un diseñador que evolucionó en sus distintas etapas y en sus diversas variantes. Elevó los diseños a la categoría de fundamento creativo de la obra. Convierte a los diseños en la base de una buena obra. El papel del diseñador comenzará a tener importancia con independencia de la aportación del taller. Hay que recordar que Juan Manuel no solo diseña para bordados. También diseñó elementos de orfebrería, túnicas de nazarenos, diseña para hermandades rocieras…en suma, fue un artista genial que evolucionó, innovó, conoció y manejó distintas corrientes artísticas, aportó una impronta propia, abrió caminos…
Pregunta: ¿En Juan Manuel hubo solo vocación creativa o también la determinación de promover la transformación estética de la Semana Santa?
Respuesta: La Semana Santa es una manifestación lo suficientemente amplia y compleja como para que pueda ser condicionada por una sola persona. Los cambios que se han producido en la evolución de la Semana Santa han estado promovidos por un conjunto de personas y han sido cambios que han venido impuestos por las transformaciones sociales. Sí es cierto que al frente de estos cambios siempre ha habido personas con criterio. A finales del siglo XIX y comienzos del XX se dio uno de estos momentos, entre otras cosas, merced a la participación de personas que atesoraban conocimientos, gusto y otras cualidades. Juan Manuel, sin duda, fue una de estas personas. Entonces se tomaron una serie de decisiones que hoy día difícilmente podrían tomarse. El contexto, como digo, también resultó determinante. Hay que tener en cuenta que en aquellos años las cofradías comienzan a salir de manera regular, comienzan a renovar su patrimonio, aumentan sus ingresos, la Semana Santa se promociona fuera de la ciudad de Sevilla, se enfatiza su carácter de espectáculo…Juan Manuel coincidió en ese momento propicio, pero luego supo trabajar con genialidad desde el respeto al carácter religioso de la celebración y puso todo su talento al servicio de las hermandades y, especialmente, de la Macarena.
Pregunta: La obra transformadora o modernizadora de Juan Manuel, habla de una persona interesada por los cambios sociales, culturales, artísticos…Pese a que fue autodidacta, ¿cómo conoce los diferentes movimientos artísticos de finales del XIX y principios del XX y, a partir de ahí, eleva “el diseño a una categoría artística superior”?
Respuesta: No puedo aceptar que se considere a Juan Manuel autodidacta. Juan Manuel entró desde joven en el taller de las Antúnez y recibió formación. En los talleres de la época había maestros de diseño. No sabemos con certeza quién fue el maestro de Juan Manuel. Tal vez, Edmigio Serrano. Luego Juan Manuel se relacionó con gente muy diversa en los ámbitos culturales de la ciudad: Antonio Susillo, los hermanos Bilbao…Juan Manuel tuvo la habilidad de trascender el estrecho ámbito del taller y relacionarse con círculos culturales e intelectuales más amplios en los que pudo conocer las vanguardias y tendencias artísticas y en los que hubo colaboración y enriquecimiento mutuos.
Pregunta: Hace más de un siglo, Juan Manuel contribuyó a definir las nuevas bases estéticas de la Semana Santa ¿Continúan vigentes esas bases? Desde Ojeda hasta hoy, ¿cómo han cambiado los diseños?
Respuesta: No cabe duda de que Juan Manuel se convirtió en una referencia y su influencia puede apreciarse en el estilo orientalizante característico del taller de Hijos de Olmo o en los diseños de Ignacio Gómez Millán, primer diseñador que no procede de un taller. A partir de los años 40 puede apreciarse una crisis creativa. Los diseñadores pierden la especialización que tuvieron antaño. A partir de ahí, comienzan a reproducirse los modelos de Juan Manuel, en muchas ocasiones, sin sentido. Por ejemplo, en ocasiones se desvirtúa el contenido simbólico que tenían las creaciones de Juan Manuel. Se han utilizado ciertos elementos con un criterio estrictamente decorativo, pero con Juan Manuel había, además, significación.
Juan Manuel no ha pasado de moda. Sigue siendo un referente y ha generado nuevas variaciones, como las que pueden apreciarse en el taller de Caro, con José y Victoria, primero, y con Esperanza Elena Caro, después. Incluso a partir del año 2000 se han comenzado a recuperar diseños historicistas.
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