
La Semana Santa está repleta de historias curiosas que conceden a esta celebración un particular encanto y ayudan a comprender cómo la Semana Santa ha ido moldeándose con el tiempo hasta convertirse en la simpar celebración que es en la actualidad. Hoy El Boletín quiere narrar una de estas historias que tiene como protagonista a un onubense: Víctor Rodríguez-Flores.
La historia comenzó hace 20 años. Víctor, licenciado en Derecho, acababa de terminar un máster en Comercio Exterior en la Universidad de Sevilla y el ministerio de Asuntos Exteriores le concedió una beca para trabajar durante un año en la embajada española en Dubai. En ese momento, formaba parte de la junta de gobierno de la Hermandad del Valle, que tenía como hermano mayor a José María O’Kean.
Onubense y hermano de la Hermandad de la Oración en el Huerto, Víctor había vivido en Huelva hasta que comenzó sus estudios en la universidad, primero, en Pamplona y, más tarde, en Sevilla.
Al poco de instalarse en Dubai, la Hermandad le telefonea y le solicita que compre en Omán 40 kilos de incienso. Víctor explica que “siempre oído en la hermandad hablar de esa aspiración”. De manera que no dudó en viajar en coche con un grupo de amigos al país limítrofe y cumplir el encargo. Aquellos primeros 40 kilos dieron para dos años, que incluye salida procesional, cultos y besamano.
Al finalizar la beca, regresa a Sevilla y de inmediato comienza a trabajar para el Grupo Ybarra, una empresa de alimentación con vocación de expansión internacional desde el siglo XIX. De modo, que su nuevo trabajo le va a permitir viajar continuamente y, concretamente, a Asia. De esta forma, aquella primera experiencia de la Hermandad del Valle, que tanta aceptación tuvo, se ha mantenido ininterrumpida.
En la actualidad, es fiscal en la junta de gobierno del Valle. Pero Víctor se ha encargado de comprar el incienso también cuando no ha pertenecido al órgano de gobierno. De manera que ya son 20 años cumpliendo con el rito de traer desde Asia el incienso para la sevillana cofradía del Valle. Como anécdota, explica que “este incienso fue utilizado en todos los actos y cultos de la Coronación Canónica de la Virgen del Valle en 2002”.
También cuenta a El Boletín que ahora compra el incienso en Dubai, en el zoco, donde, después de tantos años, ya es conocido entre los comerciantes. Añade que compra cada año 20 kilos, la cantidad que se utiliza en un año. Suele comprarlo en febrero y sigue siempre los mismos pasos: llega a la tienda, realiza el pedido y prueba hasta que encuentra el incienso que busca. Entonces, realiza el pago y espera en la pequeña tienda a que le empaqueten la compra para, personalmente, llevarla en taxi hasta el servicio de correos y enviarla a Sevilla por este medio.
Según cuenta Víctor, ”el incienso de allí tiene mucha calidad, porque en esa zona geográfica crece el árbol del incienso”. Como nota curiosa, explica que, debido a su alta pureza, provoca abundante humo, por lo que hay que emplear pequeñas dosis. Esto es algo que “se percibe con claridad el Jueves Santo delante del paso de palio”. Otra característica, advierte, es el olor. “Los hermanos de mayor edad del Valle suelen decir que huele a liturgia antigua”.
De esta manera, gracias al cofrade onubense Víctor Rodríguez-Flores y al empeño de la cofradía del Valle en ofrecer a sus titulares el mejor de los inciensos, la hermandad sevillana envuelve sus cultos y su estación de penitencia en un ambiente y un aroma característicos que empiezan a formar parte de la personalidad de la corporación.
Deja una respuesta