
Continuamos la tarea de divulgación de principales piezas patrimoniales de la Semana Santa andaluza. Hoy volvemos a hacer escala en Jerez. En esta ocasión, para hablar del manto de la Virgen de la Amargura, obra propuesta por Juan Fernández, jurista, cofrade onubense de las Hermandades de la Merced y el Calvario, así como de la sevillana cofradía del Calvario y persona estudiosa de la historia y el patrimonio de las cofradías.
El manto de la Virgen de la Amargura es una prenda bordada en el taller conventual de las Madres Carmelitas de Jerez, a partir del diseño del orfebre sevillano Manuel Seco Velasco, encargado también de dirigir las tareas de ejecución. Está bordado sobre terciopelo de Lyon de color azul pavo y tiene unas dimensiones de 5,5 metros por 4,5 metros.
Destacan en la prenda 15 cartelas bordadas en sedas de colores con los misterios del Rosario: dolorosos, gloriosos y gozosos. El dibujo de los medallones fue elaborado por Manuel Romero Fernández, pintor jerezano y director de la Escuela de Artes y Oficios de la localidad. Entre las cartelas se intercalan 15 cabezas de ángeles. La equilibrada combinación del bordado en oro, las cartelas bordadas en sedas de colores y las tallas de las cabezas de los ángeles es una de las claves de esta exquisita prenda.
El esquema compositivo del manto se estructura en dos partes claramente diferenciadas y ambas con indudable protagonismo en el plan del dibujo: la guardilla perimetral y la parte central. El discurso decorativo es el mismo en ambas partes, lo que resalta la armonía de la pieza.
La guardilla se estructura en tres cuerpos y ofrece un resultado soberbio. Los cuerpos superior e inferior, idénticos, actúan como cenefas que enmarcan la parte central, de mayor tamaño. La parte central alterna cartelas y cabezas de ángeles. El espacio que queda entre cartelas está presidido por una cabeza de ángel y a los lados de la misma se disponen los bordados en oro con una estructura simétrica. El perímetro del manto tiene el perfil dentado.
La parte central de la prenda se estructura a partir de un eje que recorre la prenda de abajo arriba y que está presidido por una gran cartela que aparece rodeada de otras de menor tamaño. Sobre el resto de la superficie se disponen los bordados con gran armonía. En los motivos del bordado destacan los florales y vegetales juntos a otros ornamentales de inspiración barroca.
El manto tiene una historia curiosa porque su diseño resultó ganador del concurso que convocó la Hermandad del Amor de Sevilla en el año 1952 con el objeto de confeccionar un manto para la Virgen del Socorro. Según las bases, debía tratarse de una prenda totalmente bordada en oro. Pese al primer premio, no fue este el diseño que ejecutó la cofradía sevillana, que optó por otro soberbio dibujo de Joaquín Castilla que ejecutó, finalmente, Concepción Fernández del Toro. Por este motivo, el diseño de Seco Velasco pudo materializarse en el manto de la Amargura de Jerez con una inequívoca impronta sevillana.
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