
La coronación de la Virgen del Rocío, primera imagen mariana coronada en la provincia de Huelva, tuvo lugar el 8 de junio de 1919, ante más de 25.000 personas, según explica en su crónica Ignacio Cepeda. La imagen fue coronada por el cardenal arzobispo de Sevilla Enrique Almaraz y Santos. La corona de la Virgen fue realizada por Ricardo Espinosa de los Monteros, platero del Cabildo Catedral de Sevilla, con el producto de las donaciones de devotos, mientras que la corona del Niño fue ejecutada por la sevillana Joyería Reyes y donada íntegramente por Juana Soldán, devota y madre del vizconde de La Palma del Condado.
La idea de levantar un monumento en memoria de la coronación surgió el mismo día del acontecimiento. Se financió a través de una suscripción popular y en el desarrollo de la idea tuvo un destacado papel el sacerdote de Carrión de los Céspedes Elías Domínguez, constituyéndose una comisión de señoras para favorecer los trabajos. El acto de la bendición del monumento tuvo lugar el 19 de agosto de 1920 a las 8,00h, coincidiendo con la celebración del Rocío Chico. La bendición, de la que se cumplen 90 años, corrió a cargo del sacerdote de Almonte José Puyana. El monumento, está levantado en el lugar exacto en el que fue coronada la imagen aquel 8 de junio de 1919.
En la crónica de la Coronación, obra de Ignacio Cepeda de 1923, se incluye una breve descripción del monumento: “sobre una doble gradería se alza un sencillo pedestal de piedra caliza que sirve de sostén a una pequeña columna de mármol blanco sobre la que se asienta una reproducción también en piedra de la imagen de la sagrada imagen con corona y ráfagas de hierro forjado”. En el monumento aparecen los escudos de la villa de Almonte, de la provincia de Huelva y del cardenal Almaraz.
También contiene la siguiente inscripción: «En este sitio, el 8 de junio de 1919, a las 11,00h de la mañana, el Emmo. y Rvmo. Sr. Cardenal Doctor Enrique Almaraz y Santos, dignísimo arzobispo de Sevilla, coronó a la Santísima Virgen del Rocío ante numerosa concurrencia de devotos».
Según ha expuesto Santiago Padilla, el monumento tuvo un coste aproximado de 5.000 pesetas.
En 1979 la Hermandad Matriz promovió obras de mejora en el monumento que se ejecutaron según el proyecto de Matías Aceitón Vega. Concretamente, se sustituyeron la corona y la ráfaga, ejecutadas ahora por Villareal, y se amplió el perímetro vallado. Las obras quedaron inauguradas el 24 de mayo de 1979. Como apunte curioso, Javier Coronel, ha señalado que la antigua reja que delimitaba y protegía el monumento se reutilizó en la Capilla Bautismal de la Parroquia de la Asunción de Almonte.
De igual modo, en 2018, en puertas de la conmemoración del centenario de la Coronación, la Hermandad Matriz promovió trabajos de restauración y limpieza en el monumento, que se ejecutaron con la colaboración de la empresa Biothec Doñana.
También como curiosidad, indicaremos que, en Sevilla, en la calle Valladares, hay una réplica de este monumento desde 1997. Se erigió con motivo del 25 aniversario del Círculo Cultural Rociero de Triana. La imagen de la Virgen fue ejecutada por Francisco Maireles en 1967.
El monumento de la Coronación de 1920 fue ejecutado por José Ordóñez que, muy probablemente, llegara al Rocío de la mano de Muñoz y Pabón, a quien conocería por los importantes trabajos que el escultor realizó para las cofradías sevillanas o en la propia Catedral.
Para los cofrades onubenses, Ordóñez es conocido porque fue el autor del dibujo del maravilloso manto de la Hermandad de la Oración en el Huerto de Huelva, adquirido en 1919 a la cofradía sevillana del Valle que, a su vez, lo había estrenado el Jueves Santo de 1905.
Nacido en 1867 en Sevilla, en el barrio de San Bernardo, estudió en la Escuela de Artes e Industrias y de Bellas Artes de Sevilla y completó su formación en París durante tres años, becado por Tomás de Ibarra González. Este dato de la formación de Ordóñez en el extranjero en aquellos años, permite formarse una idea acerca de la talla profesional que tenían algunos de los artesanos que trabajaron para las cofradías en las primeras décadas del siglo XX. Con este punto de partida, es más fácil entender la brillantez que caracterizó a aquel período creativo.
De su producción para las cofradías, destacaremos el diseño del canasto del paso del Nazareno de la Hermandad del Silencio de Sevilla y la restauración de los ángeles de Duque Cornejo para el mismo paso; la ejecución, junto con Joaquín Bilbao, de las imágenes secundarias del antiguo misterio de la Coronación de Espinas de la Hermandad del Valle; o las restauraciones efectuadas a las imágenes de la Virgen del Valle, Gran Poder, Esperanza de Triana, Nazareno de la Hermandad de El Silencio o la Virgen de los Dolores de las Penas de San Vicente.
Como escultor, ejecutó en 1911 el mausoleo del Cardenal Espínola; realizó trabajos en la fachada plateresca del Ayuntamiento de Sevilla; y distintas actuaciones en la catedral hispalense.
Como docente, fue catedrático en la Escuela Superior de Artes, Industrias y Bellas Artes de Sevilla.
Después de una intensa vida profesional, falleció en Sevilla el 17 de octubre de 1945.
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