
El manto de la Virgen de la Amargura será el gran estreno de la próxima Cuaresma. A punto de ser presentado, El Boletín ha charlado con Francisco Javier González García, persona clave en la gestación de tan destacado proyecto.
Pregunta: La Hermandad del Nazareno presentará en unos días el manto de la Virgen de la Amargura, una de las principales novedades patrimoniales de la Semana Santa de Huelva en los últimos años ¿Qué participación ha tenido usted en el proyecto?
Respuesta: Mi participación ha consistido en asesorar el proyecto, sobre todo en los inicios, encabezando en materia artística todo lo referente a la pieza textil, desde la elección del proyectista hasta la elección del taller, junto con un grupo de hermanos. A lo largo del proceso, se han dado una serie de factores que han hecho más fácil todo este recorrido, contando con una comisión de apoyo a las diversas juntas de gobierno que han gestionado el proyecto, sin cuya existencia nada hubiese sido posible.
Pregunta: El dibujo de la prenda sigue el estilo de las caídas exteriores, ejecutadas por Rodríguez Ojeda, para dotar de unidad al conjunto de bordados del palio ¿Estuvo alguna vez sobre la mesa recuperar el diseño del manto de las Antúnez que tuvo la cofradía antes de la Guerra Civil?
Respuesta: Desde el inicio del proyecto existió esa posibilidad, y además la idea era bastante fuerte. La recuperación del manto que realizaran Ana y Josefa Antúnez, en estilo Arts & Crafts, el mal llamado romántico, era como un puñal que los hermanos del Nazareno teníamos clavado desde hacía décadas y, por tanto, no te miento, fue la primera intención que se contempló. Hasta el punto que fue, casi al final del proyecto, cuando quedamos absolutamente convencidos de la ejecución de un nuevo manto. La prenda de las Antúnez conllevaba diversos problemas, principalmente porque solamente podía recuperarse un 60 % del mismo, y no quedaríamos contentos del todo. Aún así, se ofreció al cabildo de hermanos dos posibilidades: la idea de su recuperación o la ejecución de un nuevo manto. Pero, sin duda, fuese cual fuese la decisión de aquel cabildo nos hubiésemos encontrado muy satisfechos.
Pregunta: ¿Qué mantos o qué bordados de Juan Manuel se han estudiado para elaborar el dibujo del manto?
Respuesta: Principalmente nuestras bambalinas exteriores suponen la piedra angular del dibujo del manto, a partir de ella nace todo. Al mismo tiempo, existen otras referencias de mantos y palios de Juan Manuel, guiños al maestro, como las jarras que encontró en el paño de altar de Santa Ana, sin las cuáles no se entendería su obra, y, sobre todo, intentar meterse en su cabeza a la hora de acoplar determinados elementos y desarrollar plenamente la obra. De las primeras cosas que se hicieron fue tomar la proporción de las hojas de acantos características de Juan Manuel. No se puede considerar una pieza de Juan Manuel si no posee este elemento. Se ha sido muy meticuloso en ese punto, de forma que el taller calcó la bambalina frontal del palio para desarrollar ese equilibro en el manto. Fue el punto de arranque a través del cual se pudo trabajar a la hora de desarrollar la pieza.
Las bambalinas de la Amargura son similares a un palio coetáneo que Juan Manuel realizó para la cofradía de la Trinidad de Sevilla, separados ambos en dos años, estimándose en el contrato del onubense que debería ser similar al de la Trinidad de Sevilla. El palio realmente es una recreación depurada del que realizara Juan Manuel, en la década de los ochenta del siglo XIX, para la Virgen de Regla, también en Sevilla. Siguió para su realización ese tipo de diseño ecléctico que camina entre el último romanticismo y su propio estilo que lo consagra como diseñador en 1900 con el manto camaronero para la Macarena. Como el citado de la Virgen de Regla, el actual de la Estrella, y el propio de la cofradía, el manto se inspira en motivos regionalistas tomados de las propias bambalinas, como son la guirnaldas que tanto lo personalizan. También se ha contado con otro elemento, que sin ser de Rodríguez Ojeda, sí es de la misma época y sigue la línea de Juan Manuel. Me refiero a la pieza que centra el manto, tomada del espaldar de los bancos de forjas regionalistas existentes en Huelva, cuyo modelo responde al nombre de Huelva, y que se encuentran propagados por muchas poblaciones de España. Se trata de unos bancos que conocieron el palio tal como llegó a nuestra ciudad en 1927, fecha del estreno, con lo que a los bordados se le une el arte de la forja como fuente de inspiración. Tampoco quiero olvidarme de la referencia en el manto de la Virgen del Desconsuelo de Jerez, el famoso azul que fuera de la Amargura de Sevilla, al conllevar motivos florales en tres dimensiones bordadas sobre el soporte textil del manto, y que constituye una novedad en Huelva.
Tampoco se ha olvidado el anterior manto, salido del taller de las Antúnez y del que ya hemos hablado. De esta prenda, se ha adaptado el dibujo de la greca perimetral que lo envolvía, que fue una incorporación del propio Juan Manuel, puesto que la colocó cuando trabajó para el Cachorro, sustituyendo así a la greca anterior por una salida de su propia mano. Por esta razón había que aprovecharla y, con buen criterio, Rafael de Rueda estudió la posibilidad de adaptarla al manto, como así ha sido, poniendo de esta manera en valor la elegante greca original de Juan Manuel. Sin duda, se trata de una cenefa bastante elegante que le aporta singularidad al manto.

Pregunta: Para la ejecución de los faldones y del manto se ha optado por el binomio formado por Rafael de Rueda y Jesús Rosado, quienes se conocen perfectamente y acumulan una notable experiencia y conocimiento sobre bordados históricos ¿Cómo fue el proceso para la elección de proyectista y taller de bordados?
Respuesta: La elección del taller y diseñados fue casi al unísono, aunque primero recayó en Rafael por ser un gran conocedor de la obra del maestro, a quien respeta muchísimo. Fue escogido entre un reducido grupo de proyectistas que, sin duda, hubiesen hecho un gran trabajo, pero solo podía ser uno y, por su conocimiento de Juan Manuel, al haber trabajado con importantes obras de él, entre ellas la recuperación del dibujo original del manto de tisú de la Esperanza Macarena y otras obras de valía, la elección recayó en Rafael de Rueda.
Jesús Rosado ya había trabajado anteriormente para la Hermandad en la ejecución del guión corporativo, por lo que le unía una buena amistad con destacados miembros de la cofradía. El contacto con Jesús fue fácil y cercano, encontrándome con una persona siempre abierta que ha escuchado cada propuesta y ha tenido un trato humano exquisito que ha contribuido a que todo haya marchado sobre ruedas. De este trabajo me llevo una gran amistad, al margen de sus valores como artista y como director de un taller de este tipo.
Trabajar con Jesús y con Rafael ha sido fácil. Como dije en otra anterior colaboración, ni el bordador ni el diseñador muerden y, al contrario, saben escuchar. No hace falta decir que se han corregido piezas, más que corregir, se han asentado en dimensiones para que el cliente, en este caso la Hermandad, se encontrara plenamente satisfecho. Esto que cuento se dio, concretamente, en el dibujo de los faldones, en los que hubo que encajar diversas piezas.
Tampoco quiero olvidarme del trabajo realizado por Alfonso Aguilar para el encaje perimetral que rodea la pieza. La fortuna se alió y a pesar de su alto costo se ha podido llevar a cabo. Se trata de un encaje ejecutado en encajes de bolillos de oro, contando de 18 metros corridos sin costuras, todo de una pieza. Sin quietarle mérito al conjunto global del manto, pienso que es una obra que llamará poderosamente la atención por la belleza de su dibujo y la labor de su trabajo.
Pregunta: ¿Qué cualidades destacaría del dibujo de Rafael de Rueda y de la ejecución de Jesús Rosado?
Respuesta: De ambos destacaría su profesionalidad. Tanto el uno como el otro han estado siempre pendientes de la obra y del gusto del cliente, sabiendo escuchar al mismo tiempo que aconsejar. El manto de la Amargura no pide otro tipo de puntadas que las que posee el palio. No obstante, en el manto observaremos numerosa profusión de puntadas de hilos de hojillas para, de este modo, conceder un mayor cromatismo áureo al manto.
De Rafael, pues su conocimiento de la obra Rodríguez Ojeda, del que es un consumado especialista. Con seguridad no es el manto que hubiese diseñado el maestro, como se podrá ver carece de un eje central tan propio en Juan Manuel, pero al mismo tiempo la pieza denota el aroma juanmanuelino por los poros. Como muchos saben, Rafael emplea medios técnicos para su diseño pero, una vez aprobado el proyecto, ejecuta el dibujo de la pieza de su propia mano a tamaño natural. Lo digo porque lo primero ha dado para muchas suspicacias, pero lo importante es el resultado final del diseño.
Pregunta: ¿Qué se ha querido transmitir a través del programa iconográfico de la prenda?
Respuesta: Si de algo sabía Juan Manuel era de iconografía, las hermanas Antúnez se encargaban de que sus más destacados profesionales tuviesen el suficiente conocimiento para abordar una obra de envergadura, buscando la excelencia, y además Juan Manuel acabó siendo no solo uno de sus bordadores sino uno de sus diseñadores.
Pregunta: Con la ejecución del manto y los faldones la Hermandad ha pretendido dotar de unidad estilística al conjunto de bordados del paso de palio, ¿Está en cartera la ejecución de un nuevo techo de palio para profundizar en esa armonía estética?
Respuesta: Es una pregunta difícil de responder en estos momentos, la hermandad viene de realizar un desembolso importante y, lo más inminente, será la realización de los faldones para así completar el paso de palio. Por supuesto, existen proyectos que se complementarán a medio y largo plazo, si bien ahora mismo no me consta el del techo del palio. El que existe ahora funciona. Sin embargo, buscando la excelencia, sería deseable para obtener la unidad estilística en el conjunto. Siempre he considerado que el palio de la Amargura es tremendamente exigente, tanto por sus proporciones como por su historia artística. A la fecha no se contempla un nuevo techo de palio, pero llegado el momento, ¿por qué no? Así se remataría lo iniciado, logrando un conjunto redondo, armonioso y muy visual en la calle.
Pregunta: Juan Manuel sigue estando presente en la Semana Santa de Huelva. Tanto en el palio y el manto de la Hermandad de los Judíos y en otras piezas bordadas, como las de la Hermandad de la Oración en el Huerto. Pero, también, en nuevos proyectos, como los de la Hermandad del Santo Entierro o este del Nazareno. 90 años después de su fallecimiento, su figura y su obra siguen vigentes.
Respuesta: Indudablemente y espero que por mucho tiempo. No olvidemos que Juan Manuel es el padre de la Semana Santa contemporánea. Ël quiso tanto a su Virgen de la Esperanza, que le diseñó una Semana Santa completa. Fue el primero que comercializó la Semana Santa, hasta el punto de quedarse con prendas en pago para luego revenderlas a otras cofradías. Su labor fue mucho más allá de su faceta de bordados, diseñador y de vestidor. También fue comercial y, evidentemente, desarrollaba a la perfección esta labor. Juan Manuel se adaptaba perfectamente a lo que pretendía cada cofradía en cuestión, en ese sentido fue inteligente y además daba en la tecla. Por supuesto que tuvo competencia, y además muy buena. Contemporáneo de él fue el maravilloso taller de Olmo, con la magnífica Herminia Álvarez Udell como diseñadora. Pero este estilo era mucho más caro. Se trata, por cierto, de un estilo que también domina Rafael de Rueda, aunque las cofradías actuales no apuestan por él. Juan Manuel siempre estará de moda. Como bien dices, después de 90 años de su fallecimiento, su figura continúa bastante enaltecida, no dejan de prodigarse estudios sobre su obra. Publicar un libro sobre Juan Manuel sigue siendo garantía de éxito, y no son pocas cofradías las que continúan tirándose en los brazos del estilo de Juan Manuel. Hasta la fecha, salvo el referido estilo del taller de Olmo, pocos han estado a la misma altura en lo artístico. Creo que las nuevas cofradías u otras veteranas deberían innovar y apostar por otro tipo de bordados. Hasta ahora, pocas han dado en la tecla y las innovaciones que se han ejecutado no son del todo aceptadas, alejándose en buena medida del gusto cofradiero. Digamos que cada vez sabe menos a Semana Santa.
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