
El Consejo de Hermandades conmemora en 2020 su 80 aniversario. Lo hace porque entiende que es heredero de la Agrupación de Cofradías que se constituyó en la ciudad a comienzos de 1935. En el interés por conocer más a fondo la Semana Santa de Huelva, hoy nos aproximaremos a este órgano, precedente del actual Consejo.
Para entender la decisión de constituir en 1935 un órgano encargado de organizar la Semana Santa y defender los intereses de las distintas hermandades, es fundamental referirse al contexto de la época.
La Agrupación de Cofradías se crea durante la Segunda República, después de que la ciudad llevara tres años sin procesiones. La proclamación de la República, como explica José Carlos Mancha en su trabajo sobre la Semana Santa y la recatolización de Huelva, fue interpretada por sectores de la Iglesia y de la sociedad como una amenaza para sus intereses. Las medidas legislativas implementadas por el gobierno republicano durante el primer bienio, acrecentaron las tensiones entre partidarios y detractores del gobierno, de manera que el clima fue enrareciéndose.
En este escenario, las cofradías, dirigidas mayoritariamente por representantes de las élites conservadoras y monárquicas, no solo en Huelva, sino en toda Andalucía, acordaron la suspensión de sus estaciones como medida para deslegitimar al gobierno, igual que sucedió en otros puntos de Andalucía y de España en lo que debe considerarse un movimiento estratégico. No hubo, por tanto, ninguna directriz política que determinara la suspensión de las procesiones. Esta decisión fue adoptada, dentro de un clima político y social enrarecido, por los propios dirigentes de las cofradías con el propósito de restar legitimidad al gobierno republicano, según describe Mancha en su trabajo.
En la decisión de crear la Agrupación, debió pesar también el ejemplo de Sevilla, siempre muy presente en las cofradías onubenses, que en 1932 había constituido la Federación de Cofradías.
Huelva estuvo sin cofradías los años 1932, 1933 y 1934. En 1935, con un gobierno radical-cedista a nivel estatal, conservador, los dirigentes de las cofradías onubenses interpretaron que el escenario se había tornado más propicio para retomar las procesiones, según sostiene Mancha. Y con el objetivo fundamental, después de tres años sin procesiones, de sacar las cofradías a la calle, representantes de las distintas hermandades, constituyeron formalmente la Agrupación de Cofradías Onubenses el 7 de febrero.
Sin este contexto que se acaba de exponer, no es posible comprender de manera cabal la creación de la Agrupación de Cofradías de 1935. No se quiere decir que el órgano recién constituido fuese un mero instrumento político. Ni mucho menos. La Agrupación estaba compuesta por cofrades amantes de la Semana Santa. Pero el trasfondo político jugó un papel decisivo en su constitución.
Para situar en su justo término la creación del órgano, hay que señalar también que algunas voces en la ciudad, especialmente la revista Mater Dolorosa, llevaban años pidiendo una mayor organización de la Semana Santa, en función del esplendor que la fiesta había alcanzado. En particular, reclamaban la determinación de una carrera oficial y el montaje de palcos y sillas en la misma. El programa de máximos de la Agrupación de Cofradías coincidía plenamente con esta visión, según se deduce del número de 1935 de Mater Dolorosa. De esta manera, el órgano recién constituido parecía el idóneo para dirigir la tarea de dotar de mayor brillantez a la Semana Santa de Huelva. Pero, después de tres años sin procesiones y condicionada por las circunstancias, la Agrupación funcionó, en todo momento, con un criterio pragmático que tenía como prioridad sacar las cofradías a la calle. Esto es lo que sucedió en 1935. Lo que pudo suceder en un futuro y lo que pudo llegar a ser la Agrupación, nunca se sabrá porque la guerra y sus consecuencias cambiaron radicalmente las prioridades.
Tras aquella reunión del 7 de febrero en el Casino de Instrucción Comercial, la Agrupación de Cofradías quedó integrada por los siguientes miembros: Francisco García Prieto, presidente; Federico Delgado de la Corte, tesorero; Manuel Serrano, secretario; y los vocales José Arroyo, Gaspar Blanco, Francisco Morales, Manuel de la Corte, José Gallardo y José Marín Oliver. Pese a esta composición, Miguel Ángel García e Isidoro Moreno sostienen que la idea de constituir la Agrupación partió del cofrade de la Hermandad del Nazareno Roque Borrero.
Desde ese momento, la Agrupación se convirtió en la organizadora de la Semana Santa de 1935 y fue informando en la prensa local puntualmente de los resultados de sus gestiones. Sin lugar a dudas, fue el órgano que asumió toda la responsabilidad organizativa y aportó entusiasmo al conjunto de la sociedad con la idea de recuperar las estaciones de las cofradías. La Agrupación, en su tarea, encontró el apoyo decidido de la prensa y el comercio. A partir de esta sociedad, auspiciada por las élites conservadoras locales, llegó a buen puerto la Semana Santa de 1935.
Precisamente, en uno de los comunicados que la Agrupación enviaba puntualmente a la prensa, publicado el día 16 de marzo, destacaba que no había encontrado obstáculos en su desempeño, al contrario, y que tan solo restaba por confirmar la salida de la Hermandad de la Oración en el Huerto.
Entre las primeras decisiones que adoptó el nuevo órgano estuvieron la apertura de una suscripción para obtener recursos económicos que hicieran viable la salida de las cofradías y solicitar al Ayuntamiento de Huelva una subvención al mismo efecto. La suscripción iba dirigida, principalmente, a propietarios, comercio, industria y pueblo católico, en general. Casi diariamente, los periódicos publicaban las cantidades recaudadas que, el Sábado de Pasión, ascendían a 9.260,75 pesetas.
Por otro lado, el Ayuntamiento debatió en el pleno la solicitud de la Agrupación de Cofradías y acordó conceder 3.000 pesetas, la misma cantidad aprobada en 1929. El concejal de la minoría radical intervino durante el debate para expresar que, cuando se trataba de defender los intereses de Huelva, los principios ideológicos pasaban a un segundo plano.
Como curiosidad señalaremos que durante el debate se puso de manifiesto que los jornales de los costaleros ascendían a 4.000 pesetas. Otro apunte curioso es que, este mismo año de 1935, las 45 cofradías sevillanas recibieron ayudas por valor de 147.000 pesetas, 127.000 por explotación de sillas y palcos y 20.000 de subvención directa del Ayuntamiento.
La cantidad recaudada por la Agrupación, a través de la suscripción y de la subvención municipal, alcanzaba el objetivo que se había marcado el órgano, que en una nota publicada en la prensa el 13 de febrero explicaba que el presupuesto elaborado para sacar las 8 cofradías a la calle ascendía a 12.000 pesetas.
En su papel organizador, la Agrupación de Cofradías llegó a contratar las bandas que acompañaron a las cofradías, que fueron la banda de cornetas y tambores y la banda de música, ambas del Regimiento de Infantería de Badajoz, decisión que provocó malestar en los componentes de la banda municipal de música de Huelva, expresado a través de una detallada carta que publicó la prensa local.
La Agrupación fue también la encargada de publicar en la prensa el programa con los horarios e itinerarios de las distintas cofradías.
En prueba de agradecimiento por el trabajo desplegado, pero también del reconocimiento de su legitimidad, la Agrupación estuvo representada en los cortejos de todas las cofradías.
Deja una respuesta