
La devoción rociera está cada vez más presente en las cofradías onubenses. La tendencia se inició en el comedio del siglo XX y tiene su continuidad en las primeras décadas del XXI. No se trata solo de representaciones iconográficas de la patrona de Almonte en enseres patrimoniales. Esta huella se percibe, además, en la advocación de la titular mariana de la Hermandad del Calvario o en el madrinazgo ejercido por la Hermandad Matriz de Almonte en la Coronación canónica de la Virgen de los Dolores.
En las últimas semanas, se han producido novedades que abundan en esta presencia: de un lado, el anuncio de que Ana Beltrán será la encargada de ejecutar la gloria del palio de la Hermandad del Perdón, que estará presidido por una representación de la Virgen del Rocío. De otro, la donación a la Hermandad de la Borriquita de una rosa que formó parte del atavío de la Virgen del Rocío. La cofradía de san Pedro solicitó la donación en el marco de su 75 aniversario fundacional, con el objetivo de estrechar su vínculo con la devoción rociera.
Hay que recordar al respecto que el respiradero frontal del palio de la Virgen de los Ángeles contiene una representación de la Virgen del Rocío o que la parroquia mayor de San Pedro acoge un retablo cerámico dedicado a la Virgen del Rocío, levantado cuando la Hermandad del Rocío de Huelva se encontraba establecida en el templo.
La rosa formó parte del atavío de la patrona de Almonte durante el Rocío Chico de 2014 y, tras la donación, ha pasado a engrosar el ajuar de la Virgen de los Ángeles. En aquel Rocío Chico, la Blanca Paloma se presentó ataviada con un rostrillo de chantilly y encaje de hojilla, como lo hiciera a comienzos del siglo XX.

Es deseo de la Borriquita que la imagen de la Virgen de los Ángeles porte por primera vez en su mano la flor dentro de unos días, con motivo de la veneración programada para los días 7 y 8 de diciembre.
Según ha contado a El Boletín el hermano mayor, Abraham Cruz, la intención de la corporación es que, siempre que la Virgen de los Ángeles no sujete la flor en su mano, permanezca expuesta en la casa hermandad, junto al mejor patrimonio de la corporación. Con este propósito, se ha encargado la ejecución de una vitrina expositiva que facilitará la conservación y contemplación por hermanos y devotos.
Con esta decisión, la Borriquita otorga a la rosa la consideración de patrimonio sentimental y demuestra que la historia de la Semana Santa se ha hecho grande a través de pequeños gestos cargados de sentido y de fe.
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