
En el día tuvo lugar ayer en la parroquia mayor de San Pedro la presentación y bendición de la corona de la Virgen de los Ángeles, pieza de valor histórico, porque será la primera corona que tenga la imagen dese que fuese esculpida por Antonio León en 1949. En este tiempo, la iconografía de la Virgen de los Ángeles ha estado configurada por la característica diadema, A partir de ahora, el ajuar de la imagen queda enriquecido con la corona.
La bendición estuvo oficiada por José Arturo Domínguez, director espiritual de la cofradía, en presencia del hermano mayor, Abraham Cruz; el orfebre, José Manuel Bernet; y el asesor artístico de La Borriquita, Antonio Rivera.
Fueron encargados de descubrir la pieza de orfebrería, cubierta hasta ese momento por una tela de color rojo y reservada en una vitrina expositiva, anteriores hermanos mayores: José Rodríguez, José Carrasco y Carlos Longo. De esta forma, el actual hermano mayor quiso simbolizar que la corona es un proyecto de la Hermandad, al tiempo que reconocer el esfuerzo de los hermanos, que con sus donativos han hecho posible la ejecución de la presea.
La corona será estrenada durante la veneración a la imagen de la Virgen de los Ángeles, los días 7 y 8 de diciembre.
Descripción de la corona
La pieza está ejecutada en plata de ley sobredorada por el taller de José Manuel Bernet, autor también del exclusivo y original diseño.
Estilísticamente se enmarca en el barroco, a través de una decoración de motivos florales que se acompaña de volutas y hojarasca.
El diseño, supervisado por el asesor artístico de la cofradía, Antonio Rivera, ha procurado respetar la iconografía característica de la imagen a lo largo de estas siete décadas, configurado, como se ha dicho, por la diadema. De ahí que se haya concebido con gran calado en el canasto y los imperiales para que aporte luz y ligereza.
Ejecutada en plata de ley sobredorada, contiene algunos elementos en plata y pedrería de turquesas y perlas.
En el dibujo destacan el escudo corporativo, interpretado de manera original; los ángeles que custodian el escudo, sosteniendo una rama de olivo, uno, y una hoja de palma, el otro; dos cartelas con el cristograma y el anagrama de María, respectivamente; o la tiara que remata la pieza, símbolo de la parroquia mayor de San Pedro, custodiada por dos ángeles que portan las llaves del reino de los cielos. La corona se remata con doce estrellas que emergen a partir de la decoración floral que se intercala entre los rayos de la ráfaga.
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