
La Semana Santa esconde infinidad de historias poco conocidas que, sin embargo, son fundamentales para entender el enorme poder de seducción que tiene como celebración. Son historias que hacen de argamasa entre cientos de personas y sus devociones. Pero también, por extensión, con las cofradías y la Semana Santa.
Una de estas historias tiene como protagonista a la imagen del Cristo Yacente de la Hermandad del Santo Entierro.
Siempre ha habido personas que han solicitado la mediación de esta imagen para obtener favores. Pero, en los últimos lustros, ha aumentado de manera considerable el número de quienes acuden al Yacente atraídos por la fama que, a través del boca a boca, ha adquirido la imagen como otorgadora de remedios. Así, lo ha explicado a El Boletín el hermano mayor de la corporación, Javier Mesa.
Todo empezó desde la propia cuadrilla de la Urna, a partir de algún favor concedido. El hecho fue comentado y, poco a poco, aumentó el número de peticiones dirigidas a la imagen. Mesa recuerda el caso de una costalera que preparaba oposiciones y, tras encomendarse al Cristo, consiguió superar las pruebas y obtener plaza en la Guardia Civil.
Los devotos tienen la costumbre de depositar un pequeño objeto bajo la almohada sobre la que descansa la cabeza de la imagen. Y allí, en ese espacio íntimo y sagrado, permanece hasta que el interesado considera.
La fama taumatúrgica de la imagen se ha extendido y ya hay personas que acuden a la ermita de la Soledad desde fuera de la ciudad, como el caso de una devota que llegó desde Lepe solicitando intercesión para alcanzar el sueño de ser madre, gracia que finalmente obtuvo.
El hermano mayor explica que resulta especialmente emotiva la visita que los devotos realizan al Yacente para agradecerle los favores recibidos. En ese momento se sella un vínculo íntimo con la imagen que, lejos de permanecer ahí, se comparte, como muestra de alegría, con familiares y amigos. De esta forma tan natural, la devoción al Yacente no ha dejado de crecer en los últimos lustros.
También así, con esta hermosa sencillez, se renueva, desde hace siglos, el apoyo popular a la Semana Santa de Huelva. Bien lo sabe la Hermandad del Santo Entierro, más de cuatro veces centenaria.
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