
La junta de gobierno de la Hermandad del Santo Entierro de Gibraleón ha acordado suspender la peregrinación hasta el santuario de la Cinta, que en los últimos años viene realizando en recuerdo del trayecto que realizaba el zapatero olontense que, según la leyenda, se encuentra en el origen de la devoción cintera.
La corporación ha señalado que la decisión se ha adoptado “siguiendo las directrices marcadas por la Junta de Andalucía, autoridades sanitarias y la Diócesis de Huelva”.
La Hermandad de la Cinta se ha hecho eco de la noticia y pide por la pronta recuperación de “esta piadosa peregrinación”.
La leyenda del zapatero Juan Antonio
Cuenta la leyenda que, sobre el año 400, un vecino de Gibraleón, de nombre Juan Antonio y zapatero de profesión, mientras realizaba el habitual trayecto de regreso a pie hasta su localidad, sintió un fuerte dolor en el costado. En el trance, se encomendó a la Virgen y, al poco, encontró en el suelo una cinta que se ciñó al cuerpo, desapareciendo repentinamente el intenso dolor. Juan Antonio retomó el camino, pudiendo completarlo. En agradecimiento a la Virgen, decidió levantar una capilla justo en el lugar en el que sucedió el accidente, solicitando a un amigo pintor, de nombre Pedro, que pintara una imagen de la Virgen. En recuerdo del episodio que provocó la construcción de la capilla, la imagen de la Virgen se representó con el Niño en brazos, desnudo, calzando tan solo unos zapatos, y portando una cinta en la mano.
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