
El Boletín entrevista hoy a Manuel Galán, Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla con una tesis que ha estudiado la expansión de la devoción rociera. Es, también, autor de distintas publicaciones sobre el patrimonio de la Hermandad Matriz del Rocío y un estudioso y profundo conocedor de la historia de la devoción rociera.
El criterio riguroso, con fundamento científico, de jóvenes investigadores, como Manuel, resulta imprescindible para aproximarnos a todo lo relacionado con un fenómeno tan atractivo como El Rocío y constituye la mejor garantía de futuro.
Pregunta: ¿Qué ha investigado su tesis doctoral?
Respuesta: La tesis se titula ‘El Santuario del Rocío. Patrimonio artístico y fundamentos documentales y sociológicos de su expansión devocional’. Aunque el trabajo parte del actual santuario, evidentemente no se limita sólo a éste, sino que, para estudiar el edificio actual, antes he debido estudiar las anteriores ermitas. Esta base me fue abriendo el camino a investigar y estudiar la historia de la devoción rociera y el patrimonio artístico que, a día de hoy, atesora la Hermandad Matriz de Almonte. He estudiado todo lo relacionado con el aspecto devocional, algo que me interesa especialmente, como almonteño y devoto de la Virgen.
La investigación ha sacado a la luz interesantes documentos inéditos, como el documento relacionado con la ermita del Rocío más cercano al terremoto de Lisboa, fechado justo una semana después del temblor, y en el que se mencionan los daños que sufrió la ermita; el de la autoría del dorado del retablo de la antigua ermita; o algunas cartas de donación de piezas artísticas que se conservan en al actual santuario.
Pregunta: ¿Qué destacaría de las investigaciones relacionadas con el Santuario?
Respuesta: Además de este importante documento que acabo de mencionar, destacaría la conexión que hay que establecer entre la primitiva ermita y las edificaciones almohades. Digo esto porque las dimensiones de la primera ermita, detalladas en las reglas más antiguas conocidas de la Hermandad Matriz, de 1757, coinciden con las dimensiones de edificaciones almohades como, por ejemplo, la ermita de Cuatrovitas en Bollullos de la Mitación. Pero, además, son otras las coincidencias entre la primitiva ermita y las edificaciones almohades, como la orientación del edificio. De manera que, llevando a cabo la investigación llegué a plantear que muy probablemente, la primera ermita se levantara sobre alguna anterior edificación que fue cristianizada. Esto quiere decir que, probablemente, Alfonso X no levantara la ermita, sino que cristianizara una edificación preexistente, quizás de época almohade.
Hay que tener en cuenta que en la Edad Media el lugar que conocemos hoy como aldea de El Rocío era un cruce de caminos entre las costas de Huelva y Cádiz, el Aljarafe sevillano y los pueblos de lo que hoy conocemos como comarca del Condado. Esto se observa muy claramente analizando sobre un mapa los caminos por los que transitan actualmente las hermandades rocieras, que lo hacen por los caminos que históricamente han sido las vías de comunicación de estas grandes comarcas. Probablemente, en ese punto de paso estratégico se levantó la ermita, o se convirtió en ermita cristina algún edificio anterior. Entonces no existiría aún un núcleo de población, pero sí un edificio religioso que prestaba asistencia a las muchas personas que transitaban por el lugar. Levantar un edifico religioso en medio de un bosque no tiene sentido. Si se levantó allí era porque aquel era un enclave estratégico. A todo esto, hay que añadir que hemos llegado a saber que en las marismas del Guadalquivir criaba sus caballos el califa cordobés, lo que nos lleva a pensar que en la zona se desarrollaría cierta actividad humana. De ahí, la posibilidad de que hubiera un espacio construido para la oración de estas personas.
Pregunta: ¿Echa en falta alguna aproximación científica a la devoción rociera desde enfoques concretos?
Respuesta: Creo que siempre echaremos en falta alguna aproximación. Hay que tener en cuenta que El Rocío es un fenómeno que ha estado mucho tiempo sin investigar. Probablemente, el primer intento serio y sostenido por investigar y divulgar todo lo relacionado con la devoción rociera sea la revista ‘Rocío’, a mediados del siglo pasado. Llevamos poco tiempo investigando y profundizando en un fenómeno tan complejo y tan extenso. También hay que considerar que Almonte, históricamente, ha sido un pueblo agrícola y ganadero. Siempre ha habido personas formadas, pero la principal actividad giraba en torno a la agricultura y la ganadería. Precisamente, el carácter agrícola y ganadero de Almonte ha resultado decisivo para que el Rocío haya conservado a través de los siglos su pureza, entendida en el sentido de popular. Es evidente que la expansión de la devoción rociera no ha venido dada por la investigación del fenómeno rociero, sino por el enorme poder de atracción que desde siempre ha tenido la imagen de la Virgen del Rocío.
Pregunta: Centrándonos en las investigaciones que se han realizado sobre El Rocío, ¿cuáles destacaría?
Respuesta: Habría que destacar varias. Por ejemplo, la crónica que hizo Lorenzo Cruz, almonteño, sobre el primer centenario del Rocío Chico. Curiosamente, yo descubrí que Cruz fue el autor de la crónica. Hasta entonces se sospechaba que era el autor, pero faltaba la constatación y yo, en mi investigación, descubrí un ejemplar de la crónica firmada por el propio Cruz en su condición de autor. También destacaría la tesis doctoral del sacerdote, entonces párroco de Almonte, Rosendo Álvarez Gastón, autor también de distintas obras relacionadas con El Rocío. También, por supuesto, la revista Rocío, dirigida por Juan Infante Galán, que constituye un intento serio por profundizar en el conocimiento y en la divulgación de la devoción rociera y, por último, el libro ‘Rocío. La devoción mariana de Andalucía’ también de Juan Infante Galán.
Pregunta: ¿De las piezas que contiene el Santuario, ¿cuál o cuáles destacaría por su valor histórico, artístico, sentimental…?
Respuesta: He podido estudiar de cerca muchas piezas artísticas, de distinta índole, o del ajuar de la Virgen. He estudiado los distintos retablos que han acogido a la Virgen: el actual, el retablo de la ermita anterior, que está actualmente reutilizado en la Capilla Sacramental. Precisamente, la investigación me permitió atribuir esta obra a Francisco de Acosta “el Mayor”, a partir de otros retablos tallados por este autor, como los que se conservan en el palacio arzobispal de Sevilla. Francisco de Acosta era maestro mayor de escultura del arzobispado de Sevilla. Tradicionalmente la autoría se había atribuido al padre de Francisco, Cayetano. También he investigado el retablo de la primitiva ermita. Es decir, el anterior al terremoto de Lisboa, del que sabemos que fue adquirido en Sevilla en 1753, que era de segunda mano, que estaba dorado y que se compró con las donaciones que realizó el pueblo de Almonte en agradecimiento por la llegada de las lluvias después de una prolongada sequía. De lo investigado también destacaría un juego de sacras, ofrenda de la condesa de París en agradecimiento por el nacimiento de un nieto varón, o la donación de diversas joyas para la Virgen, de su paso procesional, o el cuadro de Jesús Buen Pastor que se conserva en el Santuario.
Pero, de todo lo que he investigado, me quedo con las coronas de la Coronación Canónica, tanto la del Niño como la de la Virgen. Por muchas razones, y no sólo por el notable valor artístico. Hay que tener en cuenta que están ejecutadas en oro, con incrustaciones de piedras preciosas, diamantes y perlas naturales, lo que las hacen ser unas piezas de gran valor material. Pero yo no las destaco por eso, sino sobre todo, porque se ejecutaron íntegramente con donaciones, y todo ello en un momento económico difícil, en el que muchas familias tenían una economía muy limitada, a veces de supervivencia. Pese a todas las dificultadas, el amor a la Virgen hizo que muchas y muy diferentes personas colaborasen en este hermoso proyecto, realizado, íntegramente, con producto de donaciones. La corona del Niño fue una donación de una mujer viuda, Juana Soldán, la madre del primer vizconde de La Palma del Condado, que la mandó hacer con joyas que habían sido suyas. Y en la corona de la Virgen hubo donaciones muy diversas: del torero Juan Belmonte; del cardenal de Sevilla, Enrique Almaraz y Santos; del nuncio del Papa en España, el cardenal Ragonessi; de un joven que donó una joya con una dedicatoria: “de mi madre de la tierra para mi madre del cielo”; de una empleada del hogar que donó un huevo… Todas esas donaciones, desde la más elevada hasta la más humilde, se funden y se igualan en la corona. Todas las donaciones se funden y se hacen una. Ese es para mí el gran valor de estas piezas, que ponen de manifiesto la fe de la gente y la devoción a la Virgen.
Pregunta: En los últimos años el ajuar de la Virgen del Rocío se ha incrementado con dos trajes, el “de Pentecostés”, confeccionado por el taller Santa Bárbara, y el “del Centenario de la Coronación”. Pero ya Joaquín Castilla, cuando diseñó el traje “de las Hermandades”, se extrañaba de que este fuese un aspecto que no se hubiese atendido de manera especial. ¿Por qué cree que sucedió así?
Respuesta: Creo que por los avatares del tiempo. Debemos tener presente que hay referencias documentales de diversos trajes de la Virgen. Sabemos que en el año 1733 los hermanos Tello de Eslava donaron a la Virgen las primeras ráfagas metálicas y un traje. Aún hoy se conserva un terno completo del siglo XVIII, con el traje de la Virgen y del Niño, de color morado, e incluso se conservan distintos trajes del Niño de los siglos XVIII y XIX. Sabemos que la Virgen tuvo un traje celeste anterior al que la Hermandad Matriz le manda confeccionar en 1986; el traje de la Coronación Canónica, que es un traje del siglo XIX, fue donado por la condesa de París. Es decir, la Virgen ha tenido su ajuar, otra cosa es que fuera más o menos amplio o de más o menos mérito patrimonial.
Que unos se hayan conservado y otros no hay que situarlo en el contexto adecuado, porque no podemos olvidar que el interés por la conservación del patrimonio, especialmente en las hermandades, es relativamente reciente.
Pregunta: La imagen de la Virgen del Rocío siempre ha tenido gran poder de atracción y la devoción ha ido construyéndose paso a paso a través de los siglos. ¿Qué hitos principales distinguiría en el crecimiento de la devoción?
Respuesta: En primer lugar, la fundación de la capellanía de Baltasar Tercero. Fundada la capellanía, se asignaría un capellán que prestaría servicios en la ermita. Hay que considerar que Baltasar Tercero pidió que se celebrase misa diaria por su alma. Por lo tanto, ya entonces encontramos una ermita abierta y con culto diario. En segundo lugar, la creación de las hermandades filiales, que han multiplicado la devoción. Muchas hermandades filiales se crearon a raíz de otras existentes. Porque estas hermandades primeras, en su camino hacia El Rocío, pasaban por otros pueblos y así iban sembrando la devoción a la Virgen. Las hermandades filiales han sido y son focos de devoción a la Virgen.
Pregunta: La imagen de la Virgen del Rocío se encuentra en Almonte a consecuencia de la pandemia. ¿Cuál ha sido el período de tiempo más prolongado que la Virgen ha pasado en Almonte?
Respuesta: Tras el terremoto de Lisboa en 1755, la Virgen tuvo que dejar la ermita y trasladarse a Almonte mientras tenía lugar la reconstrucción, trabajos que se prolongaron hasta 1758-1759. Pero, históricamente, cuando la Virgen era trasladada a Almonte en rogativas solía estar poco tiempo. Se celebraba el novenario y era llevada de vuelta al Rocío.
La Virgen, tradicionalmente, se ha trasladado a Almonte en tiempos de necesidad. Ahora estamos en tiempos de necesidad y curiosamente la Virgen está en Almonte. Yo creo que, en estas circunstancias difíciles, la Virgen no ha querido estar lejos de su pueblo. Hay que tener en cuenta que, si la pandemia hubiera estallado con la Virgen en el Rocío, no se podría haber realizado el traslado hasta Almonte porque la protección frente al virus impone una distancia de seguridad entre las personas. En esas circunstancias, el traslado habría sido imposible. Pero la Virgen, “que siempre va por delante”, ya estaba en Almonte y cerca de su pueblo, junto al que ha estado siempre en los momentos de angustia y mayor necesidad.
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