Hoy hablamos de asuntos relacionados con las cofradías con Manuel Jesús Roldán, licenciado en Geografía e Historia, en la especialidad de Historia del Arte, por la Universidad de Sevilla; profesor de enseñanza secundaria y de la ‘Universitas Senioribus’, de la Fundación CEU San Pablo; autor de distintas publicaciones sobre la Semana Santa de Sevilla, en estos momentos presenta ‘Historia General de la Semana Santa de Sevilla, escrita junto a Álvaro Pastor y Francisco Robles; colaborador de diversos medios de comunicación y muchas más cosas.
En el primer bloque de los dos en los que se ha estructurado la charla, hablamos sobre la cartelería cofradiera.
Pregunta. ¿Cómo ve el momento actual de la cartelería cofradiera?
Respuesta. Lo veo muy, muy interesante, especialmente, por las aportaciones de jóvenes valores que están renovando la estética y apuntan una importante proyección. Es cierto que el peso de la tradición aún se deja sentir. Podría decirse que existe una división: de un lado, los que permanecen anclados en formas y técnicas de tiempos pasados y, de otro, la vanguardia que aplica formas y técnicas novedosas.

Pregunta. El público cofrade no siempre acepta bien la vanguardia, ¿no le parece?
Respuesta. Me está llamando la atención el “gusto educado” que vengo observando en ciertos pueblos que están asumiendo la vanguardia mejor que las capitales u otros municipios de mayor población. Como ejemplos de este gusto educado del que hablo citaría a Osuna y El Viso. Suele coincidir que las vanguardias se aceptan mejor en los municipios que cuentan con “salas de exposiciones y con una programación cultural variada y de calidad”.
Pregunta. Últimamente ¿qué carteles le han gustado más?
Respuesta. Me ha gustado el cartel que elaborado Manolo Cuervo para la Semana Santa de Jerez. Se trata de un pintor recuperado. Hay que tener en cuenta que era vanguardia hace 40 años. El cartel es llamativo, figurativo, pero refleja la Semana Santa como una fiesta, con un sentido religioso, pero fiesta, al fin y al cabo. Del cartel destacaría, sobre todo, el sentido del color.
También me gusta el cartel de Rafael Laureano para la Semana Santa de Almería. El cartel se enmarca en la órbita de este autor. También me sugiere una invitación a vivir la Semana Santa entendida como fiesta, una invitación a la vida por encima de otros aspectos o significados.
Destacaría el colorido del cartel de Zurita para Osuna.
También quiero citar una tendencia más academicista, pero en la que podemos encontrar buenos carteles, como es el caso de la obra de Daniel Bilbao para Sevilla.
Me ha gustado mucho el cartel de Fernando Vaquero para Córdoba, aunque se ha visto rodeado de cierto debate acerca de los límites que hay que poner al empleo de ciertas técnicas.
Pregunta. ¿Qué opinión tiene acerca de ese debate?
Respuesta. Creo que es uno de los debates que está por venir y que, en los próximos años, saltará con más fuerza. Yo soy partidario de aceptarlo todo: técnica digital, mixta…, pero creo que es positivo que las reglas estén claras y se debata acerca de qué se acepta y qué no.
Creo que si hay algo malo para un cartel es que no tenga impacto. El cartel debe llamar la atención, no perdamos de vista que no deja de ser un soporte publicitario. No hay que confundir un cuadro con un cartel, son cosas distintas.
Pregunta. ¿qué papel le atribuye a las hermandades de gloria en la renovación de la cartelería cofradiera?
Respuesta. En muchas ocasiones, las hermandades de gloria están a un nivel superior que las de penitencia. Las de gloria han sabido conservar una estética más rica, en ocasiones, porque no han tenido otra opción. Las hermandades de penitencia han gestionado más recursos y esta abundancia no siempre ha llevado a decisiones acertadas desde un punto de vista patrimonial. También creo que las hermandades de penitencia están muy metidas en el neo barroco y son más reticentes a la hora de aceptar ciertas propuestas.
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