El famoso broche de la salamanquesa, perteneciente al ajuar de la imagen de la Virgen del Rocío, ha sido sometido a un proceso de revisión y limpieza. El taller del joyero cordobés Miguel Ángel Cerezo, colaborador del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, ha sido el elegido para realizar los trabajos y lo ha hecho de forma altruista, según ha informado la Hermandad Matriz.

La presea fue realizada por el joyero Salvio Miguel Dalmás Rojas, probablemente en los años 30, y fue una donación a la Virgen del Rocío de Ignacio Cepeda y Soldán, vizconde de La Palma del Condado. La maravillosa y característica pieza está realizada en oro y lleva engastados dos rubíes en la cabeza y a lo largo del cuerpo 121 diamantes de pequeño tamaño.
El significado del broche
Históricamente se le ha atribuido a la salamanquesa la propiedad de la resiliencia al fuego; se decía que, lejos de sufrir daños, se regeneraba al contacto con este elemento. Por este motivo, en la antigüedad, el día de Pentecostés, se acostumbraba a arrojar salamanquesas en los templos con el propósito de purificarlos.
Salvio Miguel Dalmás Rojas (1888-1957) fue un joyero sevillano con taller en el entorno de la céntrica plaza de la Campana, autor de una corona para la Virgen del Rosario de la Hermandad de Montesión.
Ignacio Cepeda y Soldán (1890-1967), vizconde de la Palma del Condado desde 1929, de familia acomodada, fue alcalde de la Palma y una persona muy implicada en la realización de obras religiosas, culturales y artísticas. De gusto exquisito, fue benefactor de distintas hermandades y cofradías, y un devoto rociero, autor de la Crónica de la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío, editada en 1923.
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